26 de febrero de 2009

Se viene la despenalización para el consumo


Después de la última información sobre “la despenalización del cultivo de marihuana para consumo personal”, jajajajajajaja, perdón por el exabrupto, creo que todo el mundo anda plantando semillas por doquier, en mi caso estoy haciendo un curso acelerado para matar a mis perros.

Con esto, a menos que no logre hacer crecer una puta planta, voy hacer un par de compras más y ya era, a fumar mi propio orégano y pare de sufrir.


Tengo mucho por aprender, no tengo ni idea de cómo se planta, como se riega, donde se planta y mucho menos como se cosecha, pero tengo mucho tiempo y mucha gente que si sabe y como corresponde todos se ofrecen para compartir información.

Creo que los asaditos en mi casa van a tener otro color y otro olor dentro de unos meses, ya me veo con los pibes sentados a la vuelta de la planta fumando y rezando para que nos de mucho más.


El próximo paso es la despenalización por el consumo en la vía públicaaaaaaaaaaaaaaa.

16 de febrero de 2009

Mi Vieja mula ya no es lo que era



Los años pasan y no es al pedo, por lo menos en mi caso el cuerpo ya no responde como antes, sumado a eso, ahora trabajo en horario comercial y es más difícil levantarse a las ocho cuando uno se acuesta a las seis de la mañana. ¡¡¡Sale parte de enfermo!!!.
Cumplo apenas 34 y no se notan, me muevo como uno de cincuenta pero tomo como uno de dieciocho, papá!!!
Que difícil se hace mantener el ritmo que durante años, orgullosamente enarbolé en el nombre del descontrol y la locura, una semana me tomaba festejar mi cumpleaños, un día con los amigo de la vida, otro día con los del barrio, otro con los compañeros de trabajo, otro con los del secundario, otro con la familia, otro con los pibes del lavadero y el último, pero no por eso el menos importante, con mi mujer.
Eso era antes, ahora no aguanto ni dos días seguidos. El jueves estuve con la gente del lavadero, comimos un asadito muy rico con unas Quilmes heladas, me pegué un lindo arrancón pero gracias a Dios, no tenía compañía, a eso de las tres me fui a dormir con el pico caliente y al otro día me pude levantar bien. El viernes a la noche mi hermano (lala), se copó y me organizó un asadito (IM – PRE – SIO – NAN – TE) con los pibes del colegio y los amigos de la vida, ese si estuvo durísimo, arrancamos con cervezas y seguimos con fernet, no se que hora era cuando me agarró la locura y sentía que se me venía la noche, ganas de vomitar, mareos y esa sensación que sabes que no te va dejar dormir. Me fui, no se como llegué a mi casa y me desmaye en la cama, al otro día, a las nueve ya tenía que estar en el laburo, llegué con lentes oscuros (uno de los regalos de Mariana) y una baranda que supe disimular hasta las once, cuando empezó a pegar el solcito y el alcohol empezó a brotar de mi piel, me tuve que ir al depósito, nadie soportaba el hedor a etílico que emanaba de mi cuerpecito demacrado por tan sólo dos días de asado. Cuando finalmente pude escapar de ahí, me fui a casa y me desarmé en la bañadera, no tenía mucho tiempo, me tocaban los ñoquis de mi vieja y yo no pasaba ni el agua. Que rico estaban esos ñoquis, los humedecí con un litro y medio de COOOOOOOOOOCAAAAAAAAAAAAAA, todo es mejor con COOOOCAAAAA, soporté hasta donde pude y me fui a dormir con Emma a eso de las 4:30, despertamos tres horas después y yo seguía con malos recuerdos y malos olores. Tenía que preparar todo para la noche, venían mi viejo y mi suegro, a lo mejor se sumaba Font, pero no era seguro, con Fabián nada es seguro. Compré solo tres porrones ya que yo ya no daba más, una coca de tres litros y una paso de los toros pomelo Light. Esa noche salía pizza casera, había como diez y como éramos seis para cenar y yo no comía, calculaba preparar tres o cuatro. De repente llegó más gente y empecé a darle a las Quilmes para soportar el calor del horno, saqué como siete pizzas en menos de 25 minutos y finalmente me senté a beber tranquilo. Cuando bajaron las revoluciones y me había comido más de media pizza, se me empezaron a cerrar las persianas, a apagar las luces, salió el león (como me dice mi amigo gonza) y justo cuando estaba por tirar el BUENOOOOO……, llegó Font, que había podido escapar de su mujer e hija, se mostraba efusivo y desesperado por fumar, dijo un par de groserías y nos fuimos al jardín. Con eso tenía para aguantar un par de horas más pero “mi vieja mula ya no es lo que era” y luego de una sesión de fotos y unas cuantas trajinadas más por parte de Fabian, esta vez gracias a Dios no estaban dirigidas a mí, abandoné la mesa junto a Emma, diciendo: “me llevo a dormir a la bebé”. Me dormí y lo último que vi, fue a Emma saliendo del cuarto a gatas, en busca de la gente que aún estaba despierta. Esta nena tiene futro, y es así como uno ve el amanecer de un nuevo trasnochador y el ocaso de otro.