25 de enero de 2009

Un clásico



No importaba el día ni la hora, siempre caía bien un asadito, tengo recuerdos de un martes a las dos de la tarde en pleno septiembre, como nada, prendiendo el fueguito para el asao.

Era un clásico, con gonza y eventualmente con uno o más jugadores, yo desocupado (con trabajos eventuales en el estudio, Mil demonios) y flaco “laburando” en ese pasquín infesto.

“¡¡¡Gordo de mi vida, está hermoso para hacer una asadito!!!” era todo lo que tenía que decir este loquito para que saliéramos al súper por un poco de carne, la infaltable ¡salchichita, gordo!, cervezas, pan y por supuesto para el bajón unas esas exquisitas TITAS. Así comenzaba una nueva historia que recordamos hasta el día de hoy con fotos, chistes y bolufraces imborrables de un gran año 2007, más allá de todas las contras.

Uno de los mejores fue uno con el 22, nuestro amigo benja, cuando todavía estaba entero, jajajaja. Gonza tiene guardada en el celular una foto (publicada) donde el fondo es la mesada del asador llena de carne, él sin remera, una gran jarra de cerveza y una sonrisa que no le entraba en la cara, obvio ya estaba loquitoooooooooooooooooooo. ¡Que linda tarde!, nos la pasamos hablando locuras y riéndonos de cosas que ya no recuerdo pero si recuerdo haber pasado unos de mis momentos felices.

Cada uno tiene su función, yo hago todo y los otros miran, jajajajajaja. No, no es tan así pero… Mientras prendo el fuego, siempre acompañado por una Quilmes helada, benja me ayuda con las cosas que me quedaron pendientes como traer las sillas y esas cosas, y gonza es el encargado y responsable de picar y armar, lo hace bien y se cuelga como el mejor. Una vez prendido el fuego, empezamos a quemar como locos, una, dos y hasta tres porrones quedan tirados en el césped hasta que se termina de cocinar la carne.

A la hora de comer, nos transformamos en sordos, mudos y ciegos, hasta que el primero dice ¡¡¡ QUE BUENO QUE ESTA, ESTE ASADITO POR FAVOOOOOOOOOOOOOR!!! Una ves que devoramos todo, la ensaladera queda vacía dando vueltas en la mesa y lo único que se ve en la parrilla es el hilo de los choris, nos relajamos, hacemos un brindis, bebemos y fumamos. En un momento de lucidez, un rato largo después de terminar de comer aparezco con las TITAS, inteligentemente guardadas en el frezeer, ¡que grande pablín!, dice benja, es el único que no me dice gordo, según él es porque también está excedido en peso, todo bien gordito!!! Llega la hora del bajón y de nuevo silencio, lo único que se escucha es un mmmmm y ¡que buuuueeeeen bajóóóóóóóón!, a esas horas todo sabe más rico. A partir de ese momento comienza una obra de teatro que nunca pudimos concretar, los tres formamos el elenco y más allá el público imaginario, creamos una comedia jamás vista y que sólo estando en el fondo de mi casa completamente felices, puede nacer semejante espectáculo, son dos o tres horas de reírnos de nosotros de ellos y vosotros. Después de todo esto, sólo queda disfrutar del momento, reír, beber y volver a fumar hasta la hora de la partida. Ya en la puerta salen las carcajadas del resumen del la tarde, las boludeces que alguno dijo y por supuesto la posibilidad de un próximo asado al día o a la noche siguiente. Así fue prácticamente todo el año 2007. ¡¡¡Que año, papaaaaaaa!!!

Como este, hubo muchos más, que si me pongo a enumerar y relatar esto se va a poner insoportable. Podemos decir que es una primera entrega y próximamente la segunda.

Como se extrañan esas tardes, pero tranqui amigos, pronto volverán, se los prometo, cuando en el teléfono escuche: “¡¡¡Gordo de mi vida, está hermoso para hacer una asadito!!!”.

6 comentarios:

  1. Chochán, qué gran historia, que no conocía, acabo de leer. A ver si Titas Abel se pone las pilas y te manda la foto. ¿Para cuándo el próximo asao? Adeus, como diría un pibe, ¡GORDO DE MI VIDA!

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  2. Gracias chichen, mañana sale asadito, vos, benja y yo. adeus

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  3. Che loco aguanten que en febrero voy yo loco a ver si le metemos asadazo de los grandes abrazo hermano del alma

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  4. Gordooooo de mi vida! Imposible olvidar aquellas tardes o noches. Asados o hamburguesas a la parrilla del Luque (las mejores). Claro, sin trabajo había que recurrir a las burguers. La obras eran geniales, sólo faltaba el público. Pero lo mejor de todos fue cuando llenamos el fondo de Quilmes. Obvio, vacías! Dos cajones desparramados por todo el patio de Sara O'Connor. Y Pepe se moría de envidia! jajaj! Che! qué sabes de Seba?
    Gonza.
    PD: Quién es anónimo?

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  5. Amigo, ese asadito puede ser la segunda entrega de "Un clásico", ayudame a recordar y escribí algo.

    PD: Me parece que alguien me dijo algo de ese anónimo, cuidado eh!!!

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  6. Hay quien dice que no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió. Pero amigo querido, daría cualquier cosa por repetir esos asaditos, que sí sucedieron. Te quiero hasta las bolas, locaso.

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